La reducción de la jornada laboral en México: ¿una reforma necesaria o mal momento económico?
- Pablo Román Solórzano Cerezo
- 5 may
- 2 Min. de lectura
Este Primero de Mayo, mientras se conmemoraba el Día del Trabajo, la conversación nacional sobre la reforma para reducir la jornada laboral volvió a encenderse. La propuesta es clara: disminuir de 48 a 40 horas semanales el tiempo laboral establecido en la Ley Federal del Trabajo. Y aunque el Ejecutivo Federal ha mostrado apertura, la discusión ha sido todo menos unánime.
Durante un evento en Tlalnepantla, la Presidenta Claudia Sheinbaum rechazó tajantemente que sea “un mal momento” para abordar esta reforma, como lo ha manifestado el sector empresarial encabezado por la COPARMEX. Al contrario, señaló que siempre es buen momento para apoyar a los trabajadores.
¿Qué dice la experiencia internacional?
Un estudio citado por la nota muestra que México se ubica entre los países con mayor compromiso laboral (32%) pero menor satisfacción (67%). En contraste, países como Costa Rica o Uruguay muestran mejores cifras en ambos rubros. La percepción negativa se relaciona con temas como la rotación de personal, la falta de flexibilidad y los procesos de reestructuración, lo que podría indicar que no todo se trata de horas trabajadas, sino de condiciones laborales integrales.

¿Qué propone la reforma?
De acuerdo con lo expuesto por la Secretaría del Trabajo, encabezada por Marath Bolaños, se busca modificar el artículo 123 constitucional para establecer un máximo de 40 horas laborales semanales, un cambio que marcaría una nueva era en el derecho laboral mexicano. Sin embargo, se aclara que esta reducción sería paulatina y progresiva, con una meta de implementación nacional hasta el año 2030.
¿Qué dicen los empresarios?
El líder de la Coparmex, Juan José Sierra, calificó la propuesta como inoportuna, debido a una recesión técnica, bajo crecimiento y complicaciones económicas que atraviesan diversas industrias. Señaló que imponer una reducción sin consenso podría encarecer artificialmente la nómina de las empresas y generar efectos negativos en el empleo.
Una pregunta de fondo: ¿trabajar menos o trabajar mejor?
En Solórzano Cerezo & Asociados hemos acompañado a múltiples empresas en procesos de transformación laboral. Sabemos que el cambio de jornada no debe tratarse solo como un ajuste técnico. Requiere rediseñar turnos, revisar contratos, analizar cargas de trabajo y, sobre todo, dialogar con los trabajadores.
La reducción de jornada es una oportunidad para fortalecer la productividad, salud y clima laboral, siempre que esté bien implementada. Lo que no podemos permitirnos es una reforma improvisada, sin acompañamiento legal y sin medir sus efectos reales.
¿Qué hacer como empresa?
Evaluar impacto financiero y operativo.
Revisar contratos y condiciones actuales.
Escuchar al personal: muchos están abiertos al cambio, pero exigen claridad.
Anticipar la reforma, aunque no sea inmediata. Prepararse desde ahora es un diferenciador competitivo.
La discusión apenas comienza. En palabras de la Presidenta: "Siempre es buen momento para apoyar al pueblo". Y desde el lado empresarial, también es buen momento para evolucionar hacia relaciones laborales más humanas, modernas y sostenibles.
Si requieres ayuda, favor de mandar un correo a contacto@dsc.mx y evaluemos la situación actual de tu empresa con relación a las jornadas actuales y futuras.
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